El sargento Hernández

El sargento Hernández es un sargento del ejército que vive en Santiago de las Piedras. También tiene un bigote. No es muy inteligente, pero es astuto, honesto y orgulloso. Parece muy entusiasmado al tener dos prisioneros para guardar en la cárcel e interrogar. Trata de ser autoritario y estricto con ellos, pero muchas veces parece muy cómico porque no puede escribir a máquina y también dice cuentos horribles.

El sargento encontró a María Josefa y a Álvarez y les pidió sus papeles. Cuando ellos no se los dieron, el sargento los llevó a la cárcel y los interrogó. Los prisioneros le dijeron que eran turistas, pero él sospechaba que ellos hacían algo con el contrabando o las drogas. Llamó a su capitán para informarle de los prisioneros. Creía que el capitán era un imbécil. Después, jugó a veintiuna con los prisioneros. Ganó todos los juegos y dijo algunos cuentos terribles, pero él creía que eran graciosos. Cuando Álvarez le ofreció veinte dólares por dos cervezas, el sargento se puso furioso y rechazó el dinero. Más tarde, él les dio dos cervezas a María Josefa y Álvarez, rechazó otra vez el dinero de Álvarez y empezó a escribir a máquina e interrogar a los prisioneros otra vez. De repente, el teléfono sonó, y él lo contestó. Habló con el capitán, y después regresó a los prisioneros. Aceptó los cien dólares que le ofreció Álvarez y se llevó a los dos de la cárcel. Cuando los tres estaban afuera, el sargento los liberó a ellos y les dijo que habían encontrado el avión, pero estaba vacío. Les dio las gracias por los cien dólares y les exigió que salieran de su país inmediatamente. (Claire Jones, Natalie Plummer, Kristen Santiago)