Episodio 9
Episodio 9 – Pókar
En la plaza de un pueblito cerca de la carretera a Mérida, Alonso entró en la oficina de correos y pidió una llamada telefónica a Buenos Aires. Mientras esperaba, escribió precios para cada objeto Maya que tiene en las cajas. Cuando la llamada estaba lista, Alonso habló con su amigo Roberto y le pidió que ofreciera la colección de objetos Mayas al Señor Suárez.
María Josefa y Álvarez todavía quedaron en la cárcel. Álvarez le dijo que al sargento le interesa el dinero pero María Josefa no estaba de acuerdo con él. También hablaron de Alonso. María Josefa dijo que Alonso llevó las cajas, pero Álvarez dijo que lo está esperando en el hotel. El sargento llegó con 3 botellas de cerveza y Álvarez trató de sobornarlo con $50. El sargento no aceptó el dinero y sacó una máquina de escribir. El hizo preguntas a María Josefa y Álvarez. Él no pudo escribir a máquina rápido y María Josefa y Álvarez rieron de él.
En Belgrano en la casa de Castelli el teléfono sonó. Francisco y Suárez hablaron de la llamada telefónica de México que Suárez tomó. Castelli mintió y dijo que ya ha rechazado esa oferta porque las figurillas estaban falsas. También Francisco dijo mintiendo que tendrá figurillas listas para Suárez en dos horas. Francisco planeó usar las figurillas de Alonso. Su esposa, Catalina sospechó de María Josefa (de la oferta a Suárez) porque Catalina tenía celos de ella.
En la cárcel otra vez, el sargento recibió una llamada telefónica del capitán. Evidentemente, el capitán encontró algo (posiblemente el avión de María Josefa).
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Alonso está es una oficina de correos, y es muy impaciente a hacer una comunicación. Le está pidiendo a la mujer quién trabaja allí que tenga prisa. Llama a alguien en Buenos Aires para que dé un mensaje sobre las figurillas a Leopoldo Suarez.
En la celda, Alonso y Maria Josefa hablan sobre sobornar al sargento. Piensan en Alonso y dónde está él antes de que el sargento les da botellas de cerveza y que les pide algunas preguntas. El sargento trata de escribir a maquina, pero tiene dificultad y los prisioneros se ríen de él.
Al mismo tiempo, Leopoldo Suarez llama a Castelli para decirle que él ha recibido una otra oferta de figurillas de México, y Castelli responde que son falsas y que tiene figurillas para Suarez en su casa en ese momento.
Sargento Hernandez recibe una llamada grave de su capitán, y mira a sus prisioneros en su celda.
